domingo, 16 de septiembre de 2007

Prometeo y los muertos vivientes o Lavagna en el buque de los condenados

Por Larry Kung, Corresponsal Autorizado en Buenos Aires



Foto de Archivo, gentileza United Press, 2007









Me preguntaba anteayer mi prima la Chimpi, una mona muy culta a pesar de ser universitaria, "Larry, ¿Por qué no hablaste nada de Lavagna en tu nota anterior?





Y la verdad es que yo, a diferencia de la mayoría de los periodistas humanos, tengo mis límites y con Lavagna me une una cierta amistad. Bah, nos vimos un par de veces que vino al zoológico y qué se yo, en realidad nos hicimos medio amigotes. Banana va, maní viene, he seguido su carrera política de los últimos tiempos y cada vez me recuerda más a Dr. Zhivago. Historia inviernos tristes y amargos desencuentros.




La otra tarde me dije: tengo que ir a visitar a mi amigo Lavagna. Y me fui para su casa nomás, y allá me lo encontré, en una situación mucho más incómoda de lo que me había imaginado:












¿Qué hace encadenado así, Doctor? Le dije, apenas conteniendo las lágrimas.






"¿Qué querés que haga,Larry? Acá estoy, me gustaría decirte que Zeus me condenó, y que estoy esperando a que llegue el aguila cotidiana a comerme el hígado. Pero en realidad, es Mandinga el dios del olimpo de nuestra patria... y me dejó a merced de los caranchos que verás abajo:









Debo confesar que un sudor frío me recorrió la simiesca pelambre, cuando vi a estos dos esperpentos escalofriantes. Y le espeté de inmediato:







"Ojalá fueran caranchos, Doctor! Esto es muchísimo peor, estos son el Comodín Brandoni y el Alfonsín "muerto vivo" Junior! Dos fiambres legendarios! Falta solamente el monstruo de la laguna de Chascomús y cartón lleno!"


Y un nuevo escalofrío atravesó mi peluda osamenta de sólo imaginar la llegada de la momia legendaria, que en realidad, para mí, era el cerebro macabro detrás de la tragedia de mi amigo Lavagna....Y me lo imaginé como lo verán abajo....












"No seas ave de mal aguero", Larry, me dijo Lavagna con dos lagrimones rodando por sus elegantes mejillas.










Doctor, le dije, ¿Cómo puede ser que usted tenga tan mala suerte? ¿No consiguió otra cosa que estos dos chalecos de plomo? Si me hubiera avisado a mí le traía un par de porquerías, digo antiguedades, del Ejército de Salvación! Ganar las elecciones, no creo, pero por lo menos le iban a servir para adornar su coqueta sala de estar...

Le largué, e inmediatamente me arrepentí de mi crueldad.

-Perdóneme, Doctorazo, y dígame ¿Sabe usted de dónde le puede venir tanta malaria? Porque, acordemos que esto es tener más mala leche que el padre de Stalin!


"Sí, Larry, yo sé de donde viene esta yeta terrible, me dijo el Doctor, que ahora ya lloraba a moco tendido.


-Eh, no se me ponga así, doctor, cuénteme...


"Es el General..."


-Qué general? Videla? me salió sin querer, pensando en algún hijo de puta.


"No sea boludo, Larry, qué Videla... El General!"


-Noooooo! Le contesté, pensando lo mal que tenía que estar mi amigo para haberse vuelto espiritista de golpe. ¿En serio?-


"En serio, Larry....Se me aparece todas las noches....Mirá, anoche le saqué esta foto con la cámara digital de mi sobrino:




-A la puta! se me escapó, y ahora sí, se me congeló el culo hasta la punta de la cola que se me paró como una antena.
¡El general! Dije como en un suspiro y se me fue la última sílaba para dentro como a los riojanos viejos. Y así funcionan los maleficios y los encantamientos, se le prende a uno el julepe del cuello como un collar de abrojos, y qué mierda, el cagazo manda y uno entra a ver fantasmas por todos lados. De golpe, en vez de ser el monito cojonudo, ciudadano moderno y agnóstico que suelo ser cuando soy yo mismo, me había convertido de golpe en una viejita superticiosa y pueblerina.


Me le acerqué tembloroso y le susurré, y trae las manos puestas....!


"Sí, Larry, es el General, y las manos las volvió a conseguir por intermediación de Pancho Sierra y la Madre María...
Es el general, Larry, y ha venido a buscarme..."


-Y por qué, doctor? Para qué? ¿Por qué a usted?...le pregunté sin saber qué otra cosa decir-


"Me lo ha dicho...."



Me estaba comenzando a impacientar, el doctor Lavagna hablaba cadencioso y con la desesperanza de un condenado a muerte, que habla y se interrumpe, como imaginando los terrores que se le avecinan.


-¿Que le ha dicho el General Perón, por favor, doctor, dígamelo de una vez si me lo va a decir!-


"Me ha dicho que Argentina está condenada..."




-Pero, habiendo tanta gente en el partido peronista, por qué lo vino a ver justo a usted, porque no lo fue a ver a Kirchner, a Duhalde, incluso a Menem!



"El General me lo dijo,Larry, porque yo le pregunté precisamente lo mismo. Y Perón me respondió: Mire Lavagna, le voy a explicar porque lo vine a ver a usted. Usted, de peronista, tiene tanto como yo de bailarina del Maipo....-




Me puse colorado, Larry, y qué le iba a decir al General, empecé a esbozar una disculpa...pero me interrumió secamente.




-Déjese de joder, Roberto, que yo ya era pícaro cuando estaba vivo, imagínese ahora que soy finado...




Me tranquilizó que me llame por mi nombre, y Perón continuó...




-Lo vine a ver a usted porque es el más decente de todos. Eso sí, peronista, lo que se dice peronista, no es ninguno, pero los otros además son chorros!-




Me llené de satisfacción, y se ve que el General lo percibió de inmediato porque me dijo:




- No se infle, no sea huevón, que las cosas no vienen bien para nadie. A los otros los van a hacer mierda, pero por usted yo he intercedido...




-Ante quién, general?




-Cómo ante quien? pero no sea infeliz, ante quién va a ser? Ante el Jefe que manda en este país abandonado de la mano de Dios...-




-Mandinga! se me escapó sin siquiera pensarlo




-El mismo, Roberto-




Pero como puede ser, general, cómo cayó este país en manos de Mandinga?




-Y como caen todos, Roberto, por pensar demasiadas maldades y cometer muchos crímenes, y rechazar, una por una todas las señales y todas las oportunidades de enmendarse y entrar por la senda correcta....




-Y cómo se enteró de todos estas cosas, General?




-Y cómo me voy a enterar, por Lopecito!




-¿Por Lopecito?




-Seguro, tenía muchas conexiones de sus años de espiritista, y antes de caerse en el infierno lo dejaron venir a verme para pasarme algunos teléfonos y direcciones de sus amigos de tiempos mejores...




-Y dígame, General, qué tengo que hacer?




-Tiene que hacer penitencia, Lavagana, mucha penitencia. para empezar, estos son los candidatos que va a elegir para que lo acompañen en la fórmula...




Y ahí nomás me enchufó estas dos anclas del partido radical que vos has visto...



-Pero General, esto es como traerme el iceberg del titanic hasta mi casa! le dije




-Pero, carajo, usted no entiende? No le dije que tiene que hacer penitencia? Así se empieza.




Y luego me dijo que por haberme relacionado alguna vez con todos esos pillos disfrazados de peronistas, no me podía salvar de tener que sufrir bajo Mandinga en esta roca donde ahora me has encontrado vos, monito amigo..."



Y me desarmó. Lagrimeando le di un abrazo, y cabizbajo me volví a mi guarida del zoológico, pensado durante el camino en todas las extrañas cosas que mi amigo Lavagna me había contado...



Y así se lo conté todo a mi prima la Chimpi, y la muy turrita, como es radical envenenada, fue a contárselo todo a su vez al viejo Alfonsín, que en cuanto se enteró de lo conectado que estaba Lavagna con el más allá, y por miedo a la Parca que lo anda rondando y a todas las felonías que ha cometido en su larga vida política, se armó un oratorio con una imagen grande de Lavagna y se ha puesto a rezar día y noche!




Cortesía www.peridoismodeverdad.com.ar


(C) Larry Kong

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